Ricinus communis, entre la medicina y el terror

Ricinus communis, entre la medicina y el terror

Quien más, quien menos, ha oído hablar del aceite de ricino, un laxante potente de sabor desagradable, una aplicación médica que debe dejarse a prescripción del galeno. También está en la memoria popular su uso para la tortura, de triste memoria en muchas guerras. Incluso, tambien, con usos industriales como pueda ser actuar de excelente lubricante en motores de dos tiempos de competición, con la salvedad que exige un mantenimiento extra del motor.

Pero pasemos a hablar de fotografía, que es lo nuestro. La foto de portada muestra las semillas del Ricinus communis, una especie de “garrapatas” infladas y que, según Plinio, a eso debe el nombre la planta.

Esta foto la hicimos en el año 2003, en plena efervescencia de la documentación de semillas. Hicimos esta toma y, como es una planta muy común en Mallorca, no hicimos nada más, la desidia de “lo vulgar”. En el 2017, catorce años más tarde, y a raíz de escribir el libro “DIÁSPORAS, Frutos y Semillas de la Flora Balear, DISPERSIÓN”, hubo que acompañar estas semillas con sus frutos y se hicieron unas tomas de emergencia, “para el libro”

Curiosamente, la foto de cabecera entra en un grupo que nos hemos permitido criticar en ocasiones, la foto simple, sin “composición”, consistente en “un puñado de semillas sobre una cartulina, iluminadas con un flexo”. Mantenemos nuestro parecer, pero también es verdad que las reglas están para contravenirlas. En este caso, el puñado de semillas tiene fuerza por si mismo, no necesita resaltar ni con puntos fuertes, ni con diagonales, estas “garrapatas” son interesantes por si mismas.

Hasta ahora, en el año 2023, veinte años después de las garrapatas, no habíamos vuelto a pensar en el ricino… hasta que pasando por un camino vimos un ricino florido.

A decir verdad, ver estas flores nos creó un cargo de conciencia, las semillas son espectaculares, pero es que las flores no les van a la zaga.

Estos botones y la flor abierta son flores masculinas. Estamos viendo los estambres rematados por anteras que liberarán polen en el aire, para fecundar las flores hembra que habrá en el ápice de la misma rama, porque el Ricinus communis es una planta monoica, flores masculinas y femeninas en la misma rama (no hace mucho, dedicamos un artículo a la Urtica dioica, que, como su nombre indica, “chicos y chicas” viven en plantas separadas, se puede consultar en https://fundacionpepbonetcapella.com/la-ortiga-mayor/ )

Y aquí están las flores femeninas del ricino

O un detalle de un fruto incipiente, esos frutos que terminarán “rellenos de garrapatas infladas”.

Un detalle de lo que significa “monoico”,

En fin, ahora que el archivo de Ricinus communis está más documentado, nosotros nos sentimos mejor.

Eso no significa que el archivo esté cerrado, casi cualquier tema se puede convertir en infinito, faltan fotos del polen, detalles de la sección de los frutos, ampliaciones de las anteras, estomas, etc., etc.

Pero si un botánico o un comunicador quisiera hacer un artículo sobre esta planta, desde la Fundación ya le podemos ofrecer una visión general. Incluso, como ya hemos dicho en otras ocasiones, se podrían hacer “fotos a medida” del comunicado que se quisiera presentar.

Ya que hemos empezado por glosar las virtudes del ricino, terminaremos diciendo que del contenido de la semilla se saca el aceite, pero que hay que saber que la piel de la semilla contiene ricina y esta es tremendamente venenosa, es más, se trata de un veneno sin antídoto, realmente terrorífico.

Hace años, salió en prensa mundial una real y a la vez peliculera historia de espías, telón de acero incluído, donde, precisamente, hubo un asesinato disparando un balín con pistola de aire comprimido y relleno de ricina.

Bueno, quedémonos con la parte fotografica y dejemos las anécdotas como decoración del escrito. Medicina y terrores aparte, a nosotros estas flores, frutos y semillas nos parecen preciosos.

La viña llora, ¿qué tendrá la viña?

La viña llora, ¿qué tendrá la viña?

Ya hace años, el trío de compositores, Quintero, León y Quiroga, que lo firmaban “todo”, firmaron el pasodoble que cantaba una folklorica famosa y que decía:

«¿Qué tiene la Zarzamora,
Que a todas horas, llora que llora
Por los rincones?»

La foto de cabecera muestra una viña de Consell, con la Sierra de Tramuntana mallorquina nevada, hace años, y con las cepas sin podar. Destaca el lío de sarmientos ya resecos, en pleno invierno… ¡ La nieve del fondo no engaña!

El viticultor cuidadoso podará todos estos sarmientos, como vemos en la segunda foto, cuando la vid haya bajado a sus raices todas sus reservas y se aletargue,  entrando en hibernación, lo que dará a la viña un aspecto limpio y ordenado.

Podemos describir la fenología de la vid, precisamente, empezando por el invierno, con la tierra helada y un frío glacial en el aire, las cepas con apariencia de troncos muertos, resecos, atados a espalderas que las sostendrán y facilitarán todo el proceso de producción.

Cuando empieza a apuntar la primavera las cepas despiertan y empiezan a bombear savia, empieza otro ciclo vital que, si hay suerte, acabará con una añada de buen vino.

Recordemos que habíamos podado los sarmientos, para mejorar la producción. Entonces tenemos unos pitones o “pulgares” con yemas que daran lugar a nuevos crecimientos, que en realidad son secciones límpias, cortes de la planta, heridas. El revivir de las vides impulsa savia para empezar a formar hojas, para reverdecer. Pero esta savia, al llegar a los pulgares encuentra “la puerta abierta” y se derrama… LAS VIDES EMPIEZAN A LLORAR. Como la Zarzamora, llora que llora por los rincones. Pero no a todas horas, preferentemente de noche y de madrugada.

El tema no es grave, el podador ya habrá procurado que los pulgares no lloren sobre las cepas. Téngase en cuenta que la savia que llora es agua, hormonas y nutrientes, propensos al crecimento de indeseables micro organismos y es preferible que goteen en la tierra. Es más, si helara, unas lágrimas congeladas podrían provocar heridas en las cepas, al expandirse el hielo, como sucede en las rocas de las montañas.

De todas formas, este fenómeno es de corta duración, escasamente una semana. Rápidamente las heridas se recubrirán de una sustancia gomosa producida por bacterias que viven en la savia que llora.

Es de todos conocido que la Fundación Pep Bonet Capellá se dedica a documentar gráficamente procesos científicos, especialmente en el mundo vegetal, aquello de “DOCUMENTAR Y COMPARTIR”. En este momento estamos planteando una colaboración con un viticultor de la Isla y estas son las primeras pruebas de un futuro trabajo.

La ortiga mayor

La ortiga mayor

Actualmente somos una Fundación, somos un equipo de fotógrafos, comunicadores y administradores con la meta común de “DOCUMENTAR Y COMPARTIR”… Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo que “solo” era Pep, en solitario, y Pep hacía fotos de natura por el placer de hacerlas, como por ejemplo este detalle de una Urtica dioica.

En aquella época, la palabra “dioica”, parte del nombre de esta planta, no me decía nada, un nombre. Con los años y el contacto con científicos, por aquello de que “todo se pega menos la hermosura” he llegado a aprender que dioico significa: “que tiene las flores unisexuales en tallos y troncos separados”. Dicho de otra manera, hay ortigas masculinas y ortigas femeninas, unas solo producen polen y las otras solo semillas. Eso mismo pasa con muchas otras plantas, higueras, pistachos, aguacates, etc., etc.

Como que hace 30 o 40 años no sabía tanto, hice la foto que se muestra y me olvidé de las ortigas, es más, ¡las ortigas son “hierbajos” que pican! Dejó de parecerme importante.

Ahora, hace unas semanas, buscando otra cosa, me fijé en una ortiga que tenía un puntito amarillo, algo parecido a una flor diminuta.

Como que lo que buscaba no había aparecido, aproveché para documentar la U. dioica, en principio pensando en un detalle de la flor… y si, si que era una flor, masculina. En realidad lo que estaba viendo eran anteras, el recipiente del polen.

Entonces hice lo que hago siempre, ¡estudiar! Repasé el concepto de dioico y me documenté sobre las ortigas. Ya, sabiendo lo que quería, programé una serie de fotos para documentar el taxón, procuré sacar detalles de las púas, esas que tienen  ácido fórmico, resina, histamina y una sustancia proteínica, esas que nos taladran la piel con tanta facilidad y que pican tanto

Y, vista su masculinidad, pasé a buscar flores, frutos y semillas en un pie femenino. Frutos y semillas fueron fáciles de localizar, pero las flores femeninas son microscópicas, verdosas y casi transparentes, tuve que explorar el ápice de la ortiga con un cuentahilos durante un rato, y salió esto.

En realidad, el día de la ortiga lo que buscábamos era Arabidopsis thaliana, que no apareció. Pero, como no hay que dar puntada sin hilo, aprovechamos el desplazamiento a la montaña para documentar un taxón olvidado e incrementar el valor del archivo de la Fundación, lo que Pep lleva años haciendo y que la Fundación ha asumido.

Este artículo, además de entretenido para aficionados a la botánica, pretende mostrar lo que la Fundación puede hacer para investigadores y comunicadores, documentar con fotos de este estilo lo que quieran decir en sus “papers”. Pero, es más, ante el tema que se quiera publicitar, nosotros tenemos la capacidad y las instalaciones para programar “imágenes a medida”.

Porque nos pareció “ver una flor” hicimos un pequeño reportaje de documentación, “a medida”, que se puede fisgonear en:

https://drive.google.com/drive/folders/1LjkyiSMUCO6zQwOGupy924dN5jZkk98U.

Está claro que admitimos proposiciones, ver si no, en la portada de nuestra web cómo solicitar fotos o colaboración, “sin ánimo de lucro”, en vuestros trabajos.

Comunión con la Naturaleza

Comunión con la Naturaleza

¡Nada más excelso que el saber popular! Sobre todo, cuando comprendemos que somos el resultado de las generaciones que nos precedieron.

He pasado unos días fotografiando pinos y muérdagos en la zona donde se encuentran Cataluña, Aragón y Valencia, con nuestra buena amiga de la Fundación, Pilar Busquets. Pilar se crió en una masía catalana, su infancia fue campesina y su padre le enseñó estas cosas que mucha gente de ciudad desconocemos: Si estás laborando en el campo, en invierno, y las copas de los olivos empiezan a “blanquearse”, procura recoger deprisa y ponte a resguardo.

Todo el mundo sabe que, por el cambio climático, estas navidades y fin de año han sido anormalmente calurosos y esta conversación con Pilar la estábamos teniendo la segunda semana de enero… ¡como si pareciera que quería refrescar, pero sin decidirse!

Justo al día siguiente amaneció frío y lloviendo y decidimos hacer una excursión, en coche, a cubierto (que normalmente exploramos en bici, es más tranquilo, más saludable y es más fácil parar a tomar fotos) Justo salir a la carretera encontramos el paisaje que encabeza este artículo. Estos olivos parece que identificaban las borrascas Gérard y Fien, estas borrascas que, por fin, trajeron frío y nieve a la península Ibérica la tercera semana de enero del año del Señor 2023.

Como le enseñaron a Pilar, ¡recoger deprisa y ponerse a resguardo!

Yo, urbanita como soy, nunca había oído hablar del tema, pero me picó la curiosidad y empecé a mirar olivos, a investigar el por qué.

El olivo tiene una hoja con un haz de un color verde oscuro, azulado, mientras que el envés es fuertemente plateado. Esto es lo que vemos al mirar una rama de olivo.

Ya puestos,  usamos la artillería de la Fundación para observar las hojas de olivo en profundidad, incluido estudiar la biología necesaria para entenderlas.

Lo primero que descubrimos es que las hojas de olivo están cubiertas, por ambas caras, de “tricomas peltados” (vocabulario de biología) Son pelillos microscópicos que, en vez de ser largos y finos como cualquier pelo, son estas estructuras abiertas en forma de “huevo frito” que se aprecian en ambas fotos, la verde del haz y la plateada del envés.

El haz, con pocos “pelillos”, que no cubren la cutícula verde de la hoja, y que vemos como estos minúsculos puntitos blancos, parecidos a motas de polvo. El envés, sin embargo, está totalmente cubierto de “pelillos”, tanto que no nos deja ver el verde de la hoja, por eso la vemos plateada.

Ahora es el momento que os hable del biólogo y botánico francés, Francis Hallé, profesor emérito de la Universidad de Montpellier o del director del Laboratorio de Neurobiología Vegetal de la Universidad de Florencia, Stefano Mancuso. Ambos grandes divulgadores del comportamiento de los vegetales.

Tradicionalmente, el pueblo considera a las plantas poco menos que “piedras vivas”, no se mueven, no piensan, no razonan, no se comunican… ¡Ja! Ambos profesores, Hallé y Mancuso, han desmentido todos estos tópicos. Las plantas se pueden “desplazar”, son “sensibles”, tienen la capacidad de “tomar decisiones”, se “comunican” entre ellas, son “altruistas” y se ayudan unas a otras, vamos, que para los que estamos interesados en la naturaleza y el mundo vegetal, estos son autores imprescindibles. Yo los recomendaría como “autores de cabecera”.

Entre las muchas cosas que saben hacer las plantas, está el tener sentidos. Algunos, para nosotros los animales, desconocidos, como poder detectar la humedad. Otros si que los compartimos, como tener detectores de temperatura o de luz.

Otra cosa que tienen las plantas es la capacidad voluntaria de “moverse”. No poseen fibras musculares controladas por un sistema nervioso, como tenemos en el reino animal, pero si que tienen un extraordinario sistema circulatorio (no de sangre, evidentemente, de agua y savia) que les permite controlar la concentración de líquidos en algunas de sus células. Por esto, enredaderas y plantas con zarcillos tiernen la capacidad de ir creciendo, “agarradas” a cualquier soporte, tutores, cañas o ramas de otros árboles. Según el control de humedad, la planta consigue alargar o contraer determinadas células y éstas se comportan como las fibras musculares de los animales, pudiendo retorcer partes de la planta a voluntad.

Si seguimos mirando, en la sección de la hoja se aprecia que el lado del haz está formado por una cutícula compacta y dura (arriba en la foto). Pero el envés, un poco más de la mitad del grueso de la hoja, tiene una estructura esponjosa, poco compacta, con abundancia de espacios vacíos y está forrada de esta capa de “pelillos”, tan densa que aparece en la sección como una capa blanquecina. Arriba, en el haz, solo aparecen cuatro tricomas mal contados.

Volviendo a nuestros profesores, Hallé y Mancuso, y a sus enseñanzas,  el sistema sensorial del olivo le permite apreciar humedad, frío y, quizá, presión atmosférica. Esto hace que el olivo tenga la capacidad de predecir la llegada del mal tiempo, frío y nieve, y, con su sistema circulatorio, tiene la posibilidad de mover, de doblar, los peciolos de sus hojas. Tiene la capacidad de plegar sus hojas a voluntad.

Ya hemos visto que una parte de la hoja, el envés que no solemos ver, está formado por un tejido muy poroso y recubierto de una densa capa de tricomas peltados, se trata de una capa aislante térmica. Entonces el olivo pliega sus hojas dirigiendo el haz hacia la rama y dejando los enveses plateados al exterior, a la vista, como un edredón que le proteje del frío. Sabiendo todo esto, a la vista del paisaje con el que hemos empezado este artículo, “¡recoger deprisa y ponerse a resguardo!”.

El Sr. Busquets consiguó algo, a mi juicio, extraordinario, conseguir cuidar de nuestro bienestar en la actualidad como lo hizo con sus hijas en el pasado. El enseñarnos estos secretos, y sus hijas haberlos transmitido, es lo que fomenta nuestra comunión con la naturaleza.

Amigo lector, este es el espíritu de nuestra Fundación, la difusión del conocimiento de la naturaleza. El texto, sin ser copiado, está inspirado en los conocimientos de gente que sabe más que nosotros. Las fotos son nuestras y podemos compartirlas con tus comunicaciones.

El primer revés serio de la Fundación

El primer revés serio de la Fundación

Desde que empezamos nuestra aventura de la Fundación, fieles a los principios que anunciamos por activa y por pasiva, hemos publicado bastantes cosas, pero, excepto anunciar la constitución ante notario, siempre han sido publicaciones técnicas. Como si temiéramos no tener tiempo de compartirlo todo. Hemos publicado artículos de nuestras cámaras auto construidas, hemos publicado sobre las técnicas de iluminación que usamos, hay artículos sobre los artilugios que usamos para inmovilizar plantas, en fin, hemos intentado descubrir nuestros “secretos”, que, precisamente, no queremos que lo sean, para que todo el mundo pueda hacer mejores macro fotografías.

En ningún momento habíamos tenido la tentación de mirarnos el ombligo, hablando de nosotros mismos. Ni siquiera nos había parecido necesario, ni siquiera interesante, contar la historia de la constitución de la Fundación.

Tras el desgraciado acontecimiento del fallecimiento de uno de nuestros patrones si que haremos un alto y hablaremos, aunque sea brevemente, de que nuestra Fundación, como casi todas, está siendo el resultado de un equipo humano que juntó toda su ilusión en este proyecto solidario.

Aunque la Fundación partió de una idea individual, mía, una vez “ideada” no me creí capaz de llevarla a cabo, al menos solo. Y fue cuando recurrí a mi entorno, a personas con las que tenía amistad y confianza y que, juntas, si que me parecía que “nos podíamos atrever”. Hablé con cinco personas, de confianza, dos de ellas decidieron no participar (debo decir que porque ya tenían tantos proyectos propios que no se veían con ánimos de afrontar uno más, la proposición les superaba)

En principio quedamos, evidentemente yo por ser “el culpable”. Mi hija Marta, que hay que reconocerle que tiene infinitas aptitudes sociales, muchísimas más que yo, y que iba a manejar las relaciones sociales de la Fundación. Juan Ferre, amigo de toda la vida, que durante toda su vida trabajó en gestión empresarial, que dominaba el mundo de las finanzas, y que se iba a resposabilizar del patrimonio de la Fundación. Y, finalmente, José Luís Gradaille, con toda la experiencia de haber dado vida a la antigua Fundación Jardí Botànic de Sóller, que cedió a nuestra Fundación toda su experiencia para ponerla en marcha.

Si actualmente, amigo lector, ves que la Fundación Pep Bonet Capellá existe y hace cosas, esas cosas que puntualmente vamos contando y compartiendo en redes y otras actividades que hacemos en privado, y que no difundimos por ser colaboraciones en proyectos que no son nuestros, es gracias a este magnífico equipo de cuatro personas que desinteresadamente y con ilusión siempre hemos pensado que el proyecto valía la pena.

Desgraciadamente, el 12 de noviembre pasado, Juan Ferre , colaborador, patrono de la Fundación, pero, sobre todo, amigo desde mi juventud, nos dejó. La vida es así, impredecible y, a veces amarga. Juan nos deja la organización que el gestionó y nos deja todas las ideas que aportó. Las guardaremos como ajuar de la Fundación, toda vez que han sido los primeros pasos de la misma. Descansa en paz, Juan, amigo.

Como que las desgracias nunca vienen solas, casi coincidiendo con el óbito de Juan Ferre, José Luís Gradaille ha tenido que dejar la Fundación por motivos personales. Desde este foro te agradecemos, José Luís, todas tus actuaciones en pro de la Fundación.

Y ahora, los dos patrones que hemos quedado, mi hija y yo, siempre a la velocidad de la Administración, que es bastante lenta, estamos rehaciendo nuestro organigrama.

Como que la Fundación “ya está fundada”, valga la redundancia, y José Luís nos aportó su experiencia en el momento más adecuado, hemos elegido, y él ha aceptado, a Bartomeu Lliteras, fotógrafo y también amigo de siempre, para ocupar la silla de José Luís, pero haciendo otros trabajos. En este momento las legalidades ya quedan en manos de gestores y Bartomeu Lliteras tiene un muy buen bagaje para colaborar en cuestiones de fotografía, que, al fin y al cabo son el alma mater de la Fundación.

Y Juan Ferre, no será sustituido porque las personas no se sustituyen, pero Esther López, amiga y nuestra nueva patrona, que también ha aceptado, con un perfil parecido al de Juan, se hará cargo se continuar su labor… y de aportar al proyecto todo su buen hacer y todas sus ideas. ¡Volvemos a tener el organigrama completo!

Ahora solo falta seguir las pautas de la Administración, a saber cuánto durarán, e inscribir oficialmente a estos dos nuevos colaboradores (que, de facto, ya consideramos patronos de la Fundación)

Como ves, amigo lector, Hablar de fundaciones no solo es hacer unas buenas fotos, o conseguir una 500 fotos de árboles en apenas un año, para uno de esos proyectos en los que colaboramos. Existe toda una infraestructura administrativa, existen una gran cantidad de problemas “domésticos”, que evidentemente no viene al caso hablar de ellos, que son los que resuelve el equipo humano de la Fundación. Por eso seguimos nuestra andadura, por eso seguimos publicando nuevo material, por eso seguimos entrando en nuevos proyectos… y es verdad que debido a eso, vivimos estresados… pero sarna con gusto no pica. Seguimos a vuestra disposición.

Expedición al Sistema Central, Sierras de Gredos y de Guadarrama

Expedición al Sistema Central, Sierras de Gredos y de Guadarrama

En junio pasado ya publicamos algo de un proyecto para el que pidieron colaboración a la Fundación. Sin desvelar el proyecto, que no es nuestro y hay que saber mantener la confidencialidad, sí decir que se va a tratar de una hermosa idea de promoción de la naturaleza. Nos hablaron de montar unos arboretos y nuestra colaboración consistirá en aportar imágenes de árboles para presentación, difusión del proyecto y algunas cosas más.

El proyecto está, aun, en fase de tormenta de ideas, pero nosotros, por si acaso, llevamos más de un año aprovechando para ampliar nuestra base de datos de la Fundación con imágenes de árboles y bosques. Como que la proposición era “estética”, nos hemos decantado por disfrutar haciendo fotos de “paisaje vegetal” y, ya que estamos, aprovechar que el otoño nos da las imágenes más cálidas del arbolado.

En la foto de portada veis el estilo que hemos elegido, romper un poco la rigidez del rectángulo. A nosotros nos parece que esta forma quebrada de la foto aporta algo de “movimiento”, de “agilidad” a la foto (y, por ende, al escrito) Un proyecto como el que nos presentaron, proyecto social, de homenaje de la naturaleza, que pretende acercarse a la gente, debe tener un punto de espontaneidad que lo haga divertido.

Esta primera foto se trata de un Serbal de cazadores, totalmente plagado de sus pequeños frutos. Es un árbol útil, de fruta comestible y hojas utilizables para forraje, incluso buena comida para aves e insectos. La foto que veis es el montaje de tres fotos, con lo que disponemos de una imagen original de 15165×10299 píxels, una bonita imagen de 156 Mpx, aunque en esta publicación esté reducida a FULL HD, 1920×1080 px. Eso lo hacemos mucho en nuestras fotos, establecer un “paisaje vegetal” componiendo varias tomas, permite mejorar la sensación de amplitud, genera archivos muy potentes y permite, si se desea, recortar y “rectangulizar imágenes descuadradas”.

En la línea de jugar con el marco de la foto, un pequeño reguero de agua en el Hayedo de Tejera Negra. Un divertimento sobre una imagen otoñal por excelencia. Aquí el montaje son cuatro fotos siguiendo el reguero.

Mucho más formal es esta vista otoñal del Castañar del Tiemblo, tomada como una foto simple.

En esta foto, la maravilla consiste en que se ven troncos de árboles “hechos y derechos”, que no hay duda que fueron retoños de los restos del tronco ya pulverizado y que, si los retoños presentan gruesos de entre 25 y 30 centímetros, el tronco-madre llegó a superar el metro y medio de diámetro.

En otra zona, concretamente en una dehesa de Velada, un pueblito de Castilla-La Mancha, pudimos fotografiar estos alcornoques. Hay que reconocer que son troncos muy agradecidos, con la mejestuosidad que otorga la edad, también encerrados en marcos irregulares, por dar plasticidad al escrito.

Finalmente, acabaremos esta muestra con un paisaje totalmente otoñal. Una composición de 12 tomas del Castañar del Tiemblo. El original son 21410×9197 píxels, 196 Mpx, que permiten llegar a sacar copias de más de dos metros, para adornar paredes, por ejemplo.

En esta expedición se han conseguido unas 250 fotos del tipo que presentamos, de alcornoques, castaños, álamos, serbales, pinos y algunos desconocidos por los que pediremos auxilio a gentes de ciencia que nos los puedan identificar. Además, de todos ellos, se ha tomado una muestra de hojas, que se están prensando para ir a parar a nuestro herbario, con la idea de facilitar la identificación. En la Fundación tenemos muy asumido que todo el arte que sepamos poner en nuestro trabajo debe ser útil al científico y, parafraseando a Lord Kelvin, «Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre», una foto bonita sin identificar y sin georreferenciar poco puede ayudar a la ciencia.

La expedición ha representado dos semanas viajando y tomando fotografías. Entramos por Talavera de la Reina, en Velada visitamos la dehesa, después subimos a la plataforma de Gredos, a Hoyos del Espino, allí exploramos un radio de unos 15 km. Después saltamos al camping del Valle de Iruelas, donde repetimos otra exploración del terreno, hasta llegar al Tiemblo. Y, por último, pasamos un día en el Hayedo de Tejera negra.

En estas aventuras, los desplazamientos largos los realizamos en furgoneta camperizada y, la mayoría de veces, con base en un camping para cubrir servicios. Las exploraciones siempre consisten en realizar pequeños recorridos locales, previamente estudiados o sugeridos por las gentes del lugar. Para ello nos desplazamos bien caminando, bien en triciclo electrificado, ¡qué los caminos de montaña pueden ser muy duros!

La parte divertida, lo que es viajar y ver mundo, ya está hecha, ahora viene lo tedioso, montar, retocar, corregir, georreferenciar, archivar, todo trabajo de mesa y ordenador… pero para eso hemos viajado y para eso creamos la Fundación. Dentro de este mes de noviembre ya serán consultables los nuevos archivos en nuestra página web, “fundacionpepbonetcapella.com”, en el apartado de “Galería > árboles y arbustos”. Si crees que podemos colaborar contigo, o si conoces a alguien que necesite “ayuda fotográfica” no dudes en contactar con nosotros, para eso estamos.