Ponerse a bucear en un archivo, lo que estamos haciendo con eso de escanear el archivo de la Fundación en alta definición, saca a relucir las meteduras de pata que se han cometido.

Pongamos por ejemplo estas fotos de Echinophora spinosa, fotos que se sacaron de una planta recogida en el Jardí Botànic de Sóller en 2005. En 2005, un servidor, el fotógrafo, hacía años que usaba gafas para poder leer (la edad no perdona)

El proceso de trabajo, en lo referente a las semillas, es siempre de laboratorio y estudio. Las plantas secas, con sus frutos y semillas se pasan a una mesa de trabajo y se hacen las selecciones que se crean mejores. Luego, usando desde bisturís hasta agujas se intenta seccionar y desmontar los frutos, buscar las dehiscencias, abrir vainas, etc.

En más de una ocasión ha salido a colación que “no somos científicos”, SOMOS FOTÓGRAFOS. Es importante el matiz porque, si bien intentamos resaltar los caracteres biológicos de la muestra, nuestra prioridad es la estética, defendemos la idea de que la ciencia y el arte son compatibles ¡Nos horroriza la foto del puñado de alubias sobre una cartulina blanca!

… Y eso es lo que hicimos con la Echinophora spinosa, empezar a trastear la muestras para abrir algunos frutos de la umbela y poder elegir las semillas más bonitas para fotografiarlas en sus receptáculos, poder mostrar un pequeño reportaje de la parte reproductiva de la planta.

Al hacerlo nos aparecieron unas ¿semillas? pequeñas, de alrededor de 1,5 mm, amarillas y que, con ojos de cincuentón, “nos dieron el pego”.

Sin dudarlo, compusimos y pasamos a la cámara… ¡Ingrata sorpresa, “las semillas se movían”!

Hay que entender que, para llegar a la cámara, habíamos ido a Sóller a buscar el material y llevábamos más de media hora trasteando… Además, estos “gusarapitos” de menos de 2 mm “tienen su gracia”.

Seguimos la frase “de perdidos al río” y les hicimos fotos a los “comedores de semillas de Echinophora”. No es lo que buscábamos, peeeero…

Alguien nos dirá que en 15 años que hace de esta historia, bien podríamos haber repetido las fotos con plantas sanas, ¡cierto! Pero estas tomas quedaron olvidadas en el archivo, debidamente clasificadas, pero olvidadas. Ahora que las hemos reencontrado hacemos el firme propósito de enmendar el fallo.

Nos encanta compartir nuestros conocimientos y nuestras técnicas, no nos cabe la más mínima duda de que del oscurantismo nunca sale nada bueno. Pero, aceptar la equivocaciones no solo nos hace más humanos, también nos conecta con el resto del mundo… ¡y eso es bueno!

En fin, parodiando a los publicistas, “si os ha gustado, contadselo a vuestros amigos”.